Si eres líder de equipos comerciales, esta historia, con toda seguridad, te va a servir. Es una historia real y mía.
No de esas que uno dice, le pasó a un amigo para no decir que fue a mí.
Comenzando el año 2000, llevaba pocos meses en la empresa y estaba sentado en mi oficina. En esa época el tema de los celulares no era como ahora, no existía whatsapp ni redes sociales, que yo me acuerde.
Yo era un novato que no sabía bien donde estaba parado, estaba queriendo aprender eso sí.
De pronto suena el teléfono y era una persona que trabajaba en la empresa de construcción de infraestructura más importante de Colombia. Después del saludo protocolario me dijo ¿Será que puedes venir mañana, el dueño de la empresa quiere reunirse contigo?
Claro, sin duda.
Fui a donde Rodrigo Pinzón, mi jefe de ese momento y emocionado, le dije, tenemos mañana una cita muy importante, le expliqué el contexto. Y para sorpresa mía, en un tono más bien apático me respondió: ¿Tenemos o tiene?
Siguió.
Resulta que si yo voy a esta reunión, quien se va a posicionar soy yo y me interesa que ud sea quien se posicione, tiene todo mi respaldo y haga lo que tenga que hacer, yo confío en usted, por eso lo contraté.
Esto que sigue puede ser falso, no estoy seguro porque ya han pasado muchos años, pero creo que se me cayó un madrazo en voz baja mientras caminaba en pánico de vuelta a mi oficina.
La reflexión
Esto fue un parte aguas para mí en mi carrera. Uno muuuuuyyyy positivo. A hoy sigo teniendo grandes relaciones en esta empresa, con personas que considero amigas.
Si él hubiera ido conmigo, seguramente no hubiera sido de esta manera.
Nosotros, como líderes, cometemos el mismo error que como padres: Estamos queriendo salvar a nuestros hijos, no queremos que les pase nada o no confiamos en ellos y por eso les hacemos parte de su trabajo.
No vas a avanzar si sigues haciendo esto.
El aprendizaje
Tienes que permitir que tu equipo se equivoque, exponerlos de cara al mercado para que sean ellos quienes salen a vender. No importa si pierdes un negocio, la ganancia es enorme, va por otro lado, en el desarrollo de ellos.
Lo que sí debes hacer es monitorear, hacerles ver lo sucedido y enseñarles los caminos, mi jefe en ese momento me echo al agua, pero por muchos años me mostró lo que debía hacer y como lo debía hacer. Yo escuchaba e implementaba.
Deja el miedo de comprometer una oportunidad, el miedo de soltar; no eres superpoderoso para estar en todos lados todo el tiempo, si no los desarrollas, vas a perder capacidad de cobertura y posiblemente algunos se van a aburrir.
La ejecución
Normalmente, las personas no tienen un mal liderazgo, el problema es que tienen un solo estilo de liderazgo para movilizar a tu equipo y que debes hacerlos avanzar a través de ellos.
Blanchard lo resume en 4:
- Hay gente a la que debes dirigir, decirle exactamente lo que tiene que hacer, pero igual suéltalos.
- Hay otros a quienes ya debes es entrenar en el proceso e igual soltarlos.
- En un nivel más alto están quienes requieren apoyo, nada más, también los debes soltar.
- Y los más avanzados son a quienes simplemente les delegas, ni se te ocurra no soltarlos.
Es todo por hoy.
También que sea el momento, en caso de que me lea, darle las gracias a Rodrigo, si es que me lee, no tengo idea. Perdón por el madrazo de ese día, si es que realmente existió.
Un abrazo apretado,
Miguel Rozo